martes, 29 de mayo de 2018

Se me olvidó otra vez...

Música de mi infancia, con mi madre en casa, en el coche, contándonos que airosa caminaba la flor de la canela, o que el mismo cielo se estremecía al oír su llanto, y que en la casa había una ventana, y en la ventana una niña que las rosas envidiaban. Con Rosana nos contó que la noche era más fiel que oscura, y con Serrat cantó versos de Miguel Hernández. Entre tantas miles de cosas que caben en setenta años de carrera.

Un vibrato inconfundible, y una elegancia y una presencia imponentes. Acompañándonos en tantísimas ocasiones a mi madre y a mí cuando era pequeña que creo que me sé un buen número de sus canciones sin pensarlo mucho.

Esa paloma no es otra cosa más que su alma. 

¡Hasta siempre, gran dama! Aquí nadie se olvida.

I.






jueves, 17 de mayo de 2018

17 de Maio, Día das Letras Galegas...

Encantaríame ser capaz de publicar neste blog unha entrada completa en galego, a miña lingua materna sen fallos gramaticales nin erros ortográficos. Pido desculpas por adiantado aos posibles lectores que coñecen ben esta lingua por habela estudado en profundidade, xa que eu a aprendín na casa, coa miña familia e non me atrevo a ir moito máis lonxe que de estas liñas.

Felicitar a todos os galegos en todo o mundo neste día tan importante. Felicitarvos a todos con este poema de Manuel María titulado "A fala".

"O idioma é a chave
coa que abrimos o mundo: 
o salouco máis feble, 
o pesar máis profundo. 

O idioma é a vida, 
o cointelo da dor, 
o murmurio do vento, 
a palabra de amor. 

O idioma é o tempo, 
é a voz dos avós
e ese breve ronsel
que deixaremos nós. 

O idioma é un herdo, 
patrimonio do pobo, 
máxicamente vello, 
eternamente novo. 

O idioma é a patria, 
a esencia máis nosa, 
a creación común
meirande e poderosa. 

O idioma é a forza
que nos xungue e sostén.
¡Se perdemos a fala
non seremos ninguén!

O idioma é o amor, 
o latexo, a verdade, 
a fonte da que agroma
a máis forte irmandade.

Renunciar ao idioma
é ser mudo e morrer. 
¡Precisamos a lingua
se queremos vencer!" 

I. 






martes, 15 de mayo de 2018

La comida de mamá...

Hoy tengo mono de mi madre. Pues como siempre, diréis... Pero hoy, sobre todo, tengo mono de la comida de mi madre. 

Me encantaría llegar a mi casa hoy y tener un surtido de tupers de mamá, como muchos de vosotros, malditos, que leéis a la abajo firmante, tenéis en vuestra nevera o congelador. Albóndigas, croquetas, buñuelos de bacalao, pollo relleno, tortilla de patatas, salmón marinado, los canelones... Hasta echo de menos las judías, mirad lo que os digo.

Y ya no quiero ni pensar en los dulces. Sobre todo en ese brioche que hace como nadie, o en el bizcocho de naranja (mi bizcocho favorito por siempre jamás), en las rosquillas, la crema pastelera... En el flan no. El claro favorito es el de mi tía y su bomba de veinticuatro yemas, pero hoy tengo ganas de comida de mamá...

Tengo el mal de la nostalgia gastronómica, y eso, amigos, mezclado con el síndrome premenstrual, es lo peor del mundo. 

No veo el momento de llegar a mi casa para lloriquear a mis anchas, mientras me hago el tuper de mañana, con Rigodón mirándome sin entender nada subido en el mármol de la cocina, y dándome en el brazo con la patita. El pobre, me quejo de él, y tenemos nuestras diferencias, pero tiene una paciencia y unas reservas de mimos con los que obsequiarme monumentales, aunque lleve los antebrazos llenos de marcas. 

Parte positiva (que todo la tiene): Hemos estado juntas el Día de la Madre, y eso ha sido lo más. Bueno, eso, y las cincuenta croquetas que frió y engullimos el primer domingo de mayo como si se acabase el mundo... Si es que no tenemos medida...

...Y los pantalones, que, sin explicación alguna, siguen haciéndose grandes, cuando lo que deberían es menguar... 

I. 




lunes, 14 de mayo de 2018

A la cabeza de Europa....

El sábado no vi Eurovisión. Lo confieso, así, sin complejos, y a gritos. Como vivo aislada en mi burbuja, y dedico mi tiempo libre a la lectura, a los paseos, a las cañitas, y demás actividades ajenas a la televisión pública. También debo confesar que no he escuchado la canción que nos ha representado este año, por tanto, no puedo opinar al respecto. 

Lo que sí ha llegado a mi conocimiento, es la posición un tanto bochornosa en la que han quedado los pobres chicos a los que han enviado al festival por elección popular (anda que tenemos un ojo...). Y las consabidas críticas radiofónicas, esta mañana, de camino al trabajo, tanto a la actuación, como a las declaraciones post-resultado de los chavales en cuestión. Esto cada año es lo mismo, claros favoritos, a la cabeza de Europa, y luego, batacazo monumental. Hasta un señor con tupé postizo y guitarrita rosa de plástico quedó en mejor posición (todos recordamos al gran Rodolfo Chikilicuatre, y creo que ese año, todos vimos el festival. En mi caso, creo que es el último que vi). 

Una vez comentada la actualidad, comenzamos otra semana, lenta, pegajosa. Sin poder hacer el cambio de armario porque el clima se está volviendo loco, y visto a capas, como puedo, un poco estilo payaso, la verdad, porque como terminará el día es toda una sorpresa. Y los fines de semana mal tiempo. Ideal para hacer planes y la colada. (¿En serio estamos hablando del tiempo? - diría aquí mi hermano). Al menos este fin de semana pinta bien, ya que tenemos un lunes festivo a la vista, y entradas para un concierto el sábado mi amiga C. y yo. Hasta he tenido una oferta para ir a pasarlo a Marruecos... Lástima que tengo las entradas desde hace meses... 

Esta semana ha sido la de las ofertas de acompañamiento a viajes. Me han ofrecido Fez y Copenhagen. Lástima que a ambas haya tenido que decir que no, por incompatibilidad de agenda, no por falta de ganas. Pero sí, el cuerpo me pide coger un avión a un destino nuevo, caminar todo el día sin parar, y acostarme feliz, relajadísima y agotada, como siempre que viajo. Ya ni nos acordamos de nuestra aventura en Porto. 

Desde aquí hago un llamamiento a los cuatro gatos que pierden su valioso tiempo leyendo a la abajo firmante (Primo V. sobre todo va por tí, y por tí, A., i per vosaltres, A. i G.). Si alguno encuentra un viajecillo de finde, así bien de precio, que me avise sin más demora, que me apunto, siempre que no sea este fin de semana, claro, ni la primera quincena de junio. 

Paso de conocer a los Eurovisivos. Prefiero conocer Europa, que tiene más chicha. 

I.


(Por favor, que vayan los Mojinos de una vez a Eurovisión, lo iban a flipar. Spain, twelve points!!!!)






miércoles, 9 de mayo de 2018

Asuntos propios...

Esta mañana, el segundo mensaje que he recibido en Whatsapp (el primero el de mi madre, como siempre), ha sido de mi primo V. Y me ha hecho llegar esta imagen que me gustaría compartir con todos vosotros, que estáis al otro lado, leyendo fielmente las chaladuras de la abajo firmante. 


Cabe decir, aunque ya lo habréis deducido, que mi estado de ánimo estos días es un poco peligroso. Así lo pudo comprobar mi amiga V. ayer (hoy va de V's la cosa), a la que mando un saludo desde aquí, y mi eterna gratitud, porque sé que sabe que existe este rincón y se pasa de vez en cuando a leerme, aunque ella es más partidaria a leer a gente que no me cae bien (¡zas! en toda la boca). 

V. te agradezco mucho el mensaje, pero ambos sabemos que es una quimera que el estado de ánimo de una persona no se altere por factores externos. Nos comprometemos a esforzarnos para trabajar en ello (además, lo digo con la autoridad que me da mi título de Mindfulness recién estrenado en mano), y no dudo que será un tema que trataremos en nuestra terapia de chalados el sábado, mientras tomamos café, cañas, y te pinchas / nos pinchamos (la segunda opción, todavía por confimar. Aclarar, estimados lectores, que mi primo V. es un tío deportista y sanote y que no toma drogas de ningún tipo, y la abajo firmante se fuma un cigarrillo - de los que no son de la risa - de vez en cuando). 

Os dejo la imagen para que, como yo, os haga cosquillas en la conciencia y os haga pensar y tener ganas de replantearos las cosas. 

Quizá vuelva dentro de un rato para seguir dándoos la brasa, o quizá no. Conmigo nunca se sabe...

I. 


lunes, 7 de mayo de 2018

Silencio...

Hay dos lugares en el mundo que odio especialmente, sobre todo en estos últimos nueve meses. El primero, es la sala de espera del Aeropuerto de Vigo; y el segundo, la zona de Llegadas de la Terminal B del Aeropuerto de Barcelona. Ambos me hacen sentir el vacío y la soledad como una bofetada de esas que ves venir, pero te llevas igual. 

Luego llego a casa, y aunque me reciban Rigodón y la oscuridad del piso, y me sienta a salvo, la bofetada ya me la he llevado puesta. Así, "plas - plas". Encima no dejan marca visible en la mejilla, pero sientes el escozor por todo el cuerpo. 

Ayer estuve en esos dos detestables lugares en un margen de pocas horas. Y hoy, con más pena que gloria, empezando la semana, y una nueva cuenta atrás. Eso es 2018, os decía el otro día, el año de las esperas (algunas frustrantemente infructuosas, por ingenua).

Hoy, como me lo merezco, por el cansancio y la pena, no pienso hacer nada, salvo la comida para mañana. Pienso meterme en la cama con mi recién estrenado libro electrónico (el anterior murió hace un mes, después de ocho años de leal servicio y muchísimo uso - una tragedia) y Rigodón, a leer una novela de esas pedorras que tan bien nos van cuando decidimos dejar la mente en blanco, y no entrar en bucles sin sentido. Es día de gym, pero me apetece más mi trío con libro y felino. Soy así de fetichista. 

Hablando en serio. Necesito, hoy, aterrizar. Disfrutar de mi guarida, de mi silencio, de mi soledad y de mi misma. De la tranquilidad. 

Presiento, y no hay nada que contar, ni ningún proyecto de proyecto en marcha, que se avecinan cambios, etapas nuevas. Me siento como en un final. Y los finales, siempre son nuevos comienzos. 

Ojalá el instinto no me falle (otra vez). 

I.