viernes, 22 de diciembre de 2017

From Yesterday...

El fin de semana pasado, estuve con mis mejores amigas, dos mellizas bivitelinas (esa palabrota me la hicieron aprender al principio de la E.G.B -qué mayores somos-, para que veáis que su crueldad no tiene límites) encantadoras, rubísimas y guapísimas, y, para más inri, con el mismo don para hacer el payaso que la abajo firmante, en un parque de atracciones, cuyo nombre no voy a dar, más que nada, porque no voy a hacerles publicidad gratis.

Elegimos un día perfecto, poca gente, sin colas, por lo que estábamos a nuestras anchas haciendo de las nuestras, A. con su jersey de reno Rudolph, G. con una resaca monumental, y yo con un montón de horas dormidas y en modo Grinch, porque el día anterior había sido tan increíblemente surrealista que me acosté antes de las 22 horas, ya que me urgía que terminase cuanto antes.

En los momentos que no estábamos haciendo el cafre en modo Boomerang o Rewind (creo que son, con diferencia, nuestros favoritos), las conversaciones me dieron varias ideas para compartir con vosotros aquí, sobre temas súper trascendentales, como ya os podréis imaginar, y que ya iremos tratando poco a poco. Obviando, por supuesto, que escuché tantos villancicos que casi me estalla el cerebro, y que la rua navideña que nos atrapó al final del día, fue absolutamente desesperante y demencial. Afortunadamente, ellas, como siempre, supieron compensarlo.

El caso es que, en una de las pocas colas que hicimos, nos entretuvimos leyendo los mensajes que escriben en las barandillas gente bastante más joven que nosotras, y recordamos los que, hace 15 años, cuando nos hallábamos en el mismo punto, leíamos en las mismas barandillas y que escribía gente que tenía nuestra misma edad. Resulta que antes, dejaban (os juro que nosotras jamás escribimos, por lo menos que yo sepa), las direcciones de Messenger -¿os acordáis?-, y ahora, se dejan las cuentas de Instagram. La finalidad, sin embargo, pasen los años que pasen, no ha cambiado.

Una servidora, que es un tópico andante (no tengo pareja, vivo sola y tengo un gato -de momento, apostillaría ahí mi hermano), a pesar del imperio de la tecnología y redes sociales, siempre he pensado que conocería a mi compañero de vida cara a cara y por casualidad (si ya te conozco, manifiéstate, pero poco a poco, que estoy muy hecha a ir a mi bola, y los cambios bruscos no me vienen nada bien).

Eso no impide que desde aquí les desee toda la suerte del mundo a los adolescentes esperanzados de las colas, y que en sus redes sociales encuentren a alguien que, al menos, les divierta y les entienda. Y les respete, que últimamente se está viendo cada cosa...

Un abrazo, amigos, y a los que como yo, viajéis por carretera a reuniros con vuestras famílias, id con mil ojos, haced los descansos reglamentarios, y bla bla bla (id a la web de la DGT, y os lo leéis allí). A los que simplemente viajéis, por el medio que sea, que lleguéis bien y felices a vuestro destino; y a todos, ojito, que Papá Noel, el Tió, Olentzero, Apalpador, o quién corresponda, está con el ojo puesto a ver quién se porta mal, que con la crisis (que no os engañen, no se termina), se ahorra unos regalos, que está la cosa muy chunga.

I.






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