domingo, 3 de marzo de 2019

Sunday Morning...

Siempre he dicho que, para una treintañera sin pareja, el peor día de la semana, son los domingos, concretamente, los domingos por la tarde. 

Ya veis que vengo fuerte, aunque lleve meses sin aparecer. Ante todo, os pido disculpas por mi ausencia. Como dice mi amiga V., a veces es positivo tocar fondo para volver a despegar. No me ha faltado compañía, ni cómplices, por suerte. He hecho un poco de limpieza emocional, me he librado de lastres, he estrenado dos pares de botas, he hecho pequeñas modificaciones que creo que me beneficiarán, y me he cambiado la montura, para tratar de ver la vida de otra forma (y para llevar por fin gafas rojas, que era algo que me apetecía desde hace muchísimo tiempo, aunque mi madre diga que son muy grandes. Mamá, son así de grandes para ver la vida mejor). 

Pues, como os decía, aquí estoy, en mi sofá, pasando otro domingo tarde. En pijama, viendo Montserrat desde mi ventana (no quisiera daros envidia, pero mi piso vale cada euro que pago por él, sólo por las vistas de las que tengo el privilegio de disfrutar todos los días. Soy tremendamente afortunada). Está siendo un domingo muy muy domingo. He arreglado la casa lo justo para tirar, en vez de hacerlo totalmente, como todos los domingos, nos hemos tomado dos vermuts rojos mientras se estaba haciendo la comida, y nos hemos tragado unos cuantos (he perdido la cuenta) capítulos en Netflix. 

Pero, hace un rato, mi compañero de piso se ha encerrado en su habitación, que tiene faena del máster, y yo, como le he prometido que no iba a ver otro capítulo sin él, y antes de meter la nariz en algún libro, he decidido pasarme por aquí a saludaros. Así, en general, son los domingos tarde. Aburridos y agonizantes, a la espera de arrancar otra semana (y los lunes, la sensación que tenemos de que los fines de semana pasan y ni te enteras). 

Sin embargo, tengo la certeza de que, llegará un día, de que echaré de menos estos domingos tarde, de sofá y mascarilla. Así que, os dejo, voy a seguir disfrutándolo a mi manera. 

I. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario