lunes, 3 de septiembre de 2018

Septiembre...

Hoy, en la práctica, empieza septiembre, con su primer lunes. Ha empezado el curso, y psicológicamente se ha terminado el verano. Y cuesta abajo hacia la Navidad (y mi correspondiente modo grinch). 

Personalmente, he tenido un inicio de curso bastante intenso que, mentalmente, me ha dejado agotada, aunque no descontenta. 

He vuelto a ver a un compañero, de forma inesperada, que despidieron hace unos meses, y con el que he tenido un ratito de agradable conversación en un sofá del vestíbulo, poniéndonos al día, como hacen dos viejos compañeros, dos viejos conocidos, que se aprecian. 

Por otro lado, los cambios anunciados antes del verano en el ámbito laboral, empiezan a asomarse, aunque todavía no sé en qué modo me va a afectar. Espero que, pase lo que pase, todo sea para bien. 

En otro orden de cosas, hoy he sabido que dos personas a las que aprecio sinceramente, dos amigos, se han enamorado. Ella tras una separación reciente de una relación de un montón de años, matrimonio incluído (hoy me comentaba que era su aniversario de boda), y ambos, tras unos años de bonita amistad, han decidido dar un paso más, y pasar de quererse a amarse. Y yo, la verdad, no puedo estar más contenta por ellos. 

Veo a la gente que quiero a mi alrededor encontrar su sitio y su felicidad. Y me alegro. A ver si encuentro el dispensador de números para pedir turno y me toca de una vez. 

¡Bienvenidos al curso 2018-2019! Seguro que trae grandes cosas. 

I. 



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