miércoles, 1 de agosto de 2018

Yo marco el minuto...


Me quedan exactamente 49 horas y 20 minutos para coger vacaciones. Y supongo que dos horas más para subirme en el coche rumbo a destino. Las necesito. Mucho. 

El desengaño, la ansiedad, la impotencia, el sentirse sola, son sentimientos muy fértiles, pero también muy enfermos. Necesito llenar de verde mis pupilas, meter los pies en los ríos, sentir la hierba en mis plantas desnudas. Dormir del tirón, fresquita. Abrazar a la que me regaló la vida, que me haga entender que no la estoy malgastando (aunque me dé la sensación que estos últimos meses he perdido un tiempo precioso luchando por cosas que han resultado ser humo. Por lo menos, de momento). 

Y marcar el minuto, a mi ritmo, leer, relajarme, hacer lo que me apetezca, intentar entender desde la lejanía la complejidad del ser humano, que hace que, aunque las personas lo deseen y lo quieran, las cosas no puedan ser.  

Superar cosas, ha sido un curso duro. Volver renovada, fuerte. Ayudarme a mi misma antes que a los demás. 

Estamos en la cuenta atrás. Todo llega, todo pasa. 

Feliz verano, feliz vida. 

I. 



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